Diez años después, la junta de gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado la revisión del Plan Director de Movilidad Ciclista 2008+, un documento que marca las líneas maestras para el desarrollo de la bici en la capital. “La promoción de la movilidad ciclista es una oportunidad para transformar la forma de la ciudad y su espacio público”, dice el plan. “Una red coherente y segura es una medida fundamental y se deben concentrar los esfuerzos en esta medida”, añade.
Así, la iniciativa propone crear unos 430 kilómetros de nuevos itinerarios ciclistas hasta 2025 (de los que 32 se ejecutaron ya el año pasado), si bien no distingue entre carriles bici, ciclocarriles (compartidos con coches y limitados a 30 km/h) y otras tipologías de vías adecuadas para pedalear. “La ampliación del espacio público para peatones y bicis es una línea estratégica del Ayuntamiento”, explica una portavoz municipal. Otras de las líneas maestras del plan son reducir las aceras bici (consideradas inseguras), poner en marcha una red de aparcabicis, apostar por una señalización más clara de las vías ciclistas
Durante 2016 y 2017, el plan ha pasado por varios foros ciclistas, un órgano consultivo que incluye reuniones con asociaciones y colectivos que aportan sus ideas y análisis. Muchas de ellas se han incorporado al proyecto. En octubre del año pasado fue sometido a un periodo de información pública de 20 días y el pasado jueves se aprobó definitivamente en junta de gobierno.
Miguel Andrés, portavoz de Pedalibre, una asociación que ha participado en varias jornadas para lograr esta actualización, opina que el resultado es muy positivo. “Apuesta por la inclusividad de la bicicleta para todo el mundo, así que se permite la no obligatoriedad de las vías ciclistas para quien prefiera circular entre el tráfico, pero al mismo tiempo se propone adecuar el viario para quienes sí precisan de estas infraestructuras específicas como carriles bici”, dice Andrés.
Además, “el plan señala que para conseguir que la mayor parte de la población vaya en bici es necesaria una infraestructura ciclista segregada en los ejes principales y eso es muy importante. Ahora es necesario plasmarlo”, apunta. También apuesta por llegar al 5% de movilidad ciclista en un futuro próximo, y deja claro «que la infraestructura ciclista tiene que serlo a costa del coche, no del peatón». En su opinión, “lo más importante es que las ejecuciones a partir de ahora se hagan de acuerdo con este plan, pero la reforma de la calle de Atocha no se ajusta a estos criterios”.
Este plan está pensado para ser ejecutado hasta el 2025
Iván Villarrubia, del blog colectivo En bici por Madrid, cree que “la revisión se queda a medio camino. Asume que la acera es del peatón, pero desconfía de poder generar itinerarios ciclistas si no es poniendo una raya separando coches y bicis. Se ha visto este tiempo que otras políticas como la restricción de tráfico, la formación o la información son herramientas tan valiosas como la obra dura o la bici pública». En su opinión, las bicis públicas de BiciMad y los carriles bici segregados son «más fáciles de vender a la población».
Además, Villarrubia recuerda que el plan de 2008 (el que ahora se actualiza) planteó la hipótesis de que la bici y el coche no podían coexistir, por lo que se apostó por modelos que se han comprobado ineficientes, como los carriles bici en las aceras. «La realidad, con BiciMad y los kilómetros de ciclocarriles y alrededor de 60.000 y 80.000 usuarios diarios de bicicleta en Madrid han hecho viejo ese planteamiento, por lo que se hace necesaria una revisión más completa», opina.
Fuente: El País
